Este proceso por cual el cuerpo transforma los alimentos en energía se conoce como metabolismo y tener un metabolismo sano es esencial para llevar una vida sana. Los trastornos metabólicos, también llamados afecciones metabólicas, alteran este mecanismo vital.1
Los trastornos metabólicos pueden surgir cuando las reacciones químicas en el cuerpo no se producen como de costumbre. El mal funcionamiento de órganos como el páncreas o el hígado puede causar trastornos metabólicos.1 Como es el caso de la diabetes,1 un trastorno metabólico que afecta a 37.3 millones de personas en EE. UU., es decir, al 11.3 % de la población.2
¿Qué son los trastornos metabólicos?
Cuando comemos alimentos, ingerimos combinaciones de proteínas, grasas y carbohidratos. El metabolismo transforma estos nutrientes en energía, en forma de azúcares, ácidos grasos, glicerol y aminoácidos.3 El cuerpo puede adaptarse según las necesidades de cada persona. Puede almacenar energía en la grasa, en los músculos o incluso en el hígado si la persona no necesita en ese momento. El cuerpo también puede usar la energía de los alimentos de inmediato.1
Un trastorno metabólico puede provocar que el cuerpo produzca demasiadas o muy pocas hormonas que participan en el metabolismo.1 En algunos casos, puede deberse a una anomalía genética. Afortunadamente, el cuerpo puede tolerar alguna variación o error en el proceso metabólico, pero una alteración en una parte importante del metabolismo puede desencadenar la enfermedad.4
¿Cómo afectan los trastornos metabólicos al cuerpo?
Entre los diversos trastornos metabólicos, cada uno afecta de forma diferente a la salud. Por ejemplo, los síntomas de la diabetes pueden incluir sentir mucha sed y una pérdida de peso involuntaria, mientras que la enfermedad de Gaucher puede provocar que el bazo o el hígado aumenten de tamaño.5,6
El síndrome metabólico es otra enfermedad que puede afectar a las personas, se trata de un grupo de afecciones que incluyen al menos tres de las siguientes: presión arterial alta, glucemia alta, triglicéridos altos o colesterol HDL bajo y cintura ensanchada. El síndrome metabólico eleva el riesgo de que una persona tenga una enfermedad cardiovascular o un accidente cerebrovascular. Se estima que uno de cada tres adultos estadounidenses tiene síndrome metabólico.7